Este miércoles, el TC ha nombrado como presidente, hasta marzo de 2026, al exfiscal general del Estado con Zapatero y actual magistrado progresista, Cándido Conde-Pumpido Tourón, por seis votos a cinco, estos últimos conseguidos por la otra aspirante al cargo, la catedrática de Derecho Constitucional, María Luisa Balaguer Callejón, también del mismo bloque, según fuentes jurídicas a las que ha tenido acceso Europa Press.
Tras la renovación express del órgano de garantías por parte del CGPJ el 27 de diciembre que zanjó la crisis institucional originada por la reforma judicial del Ejecutivo para modificar el sistema de elección y llegada de los dos candidatos del TC que elige el Consejo, según dicta la Constitución, hoy, día 11 de enero de 2023, el Alto Tribunal ha celebrado el pleno para decidir qué magistrados iban a ocupar los puestos de presidente y vicepresidente. El progresista Conde-Pumpido fue elegido presidente, y como vicepresidente, la también progresista, Inmaculada Montalbán Huertas, ambos por seis a cinco. Los nombramientos se han producido obviando la costumbre del tribunal de que los presidentes y vicepresidentes sean los miembros más antiguos, así como no se ha aplicado un segundo acuerdo no escrito que recoge que el presidente será del bloque mayoritario y el vicepresidente, del minoritario.
A pesar de que el lado progresista del Constitucional llevara desde el martes de la semana pasada intentando llegar a un candidato de consenso, no se consiguió porque Conde-Pumpido y Balaguer se mantuvieron como aspirantes, quizás porque, según ellos, María Luisa Segoviano, magistrada progresista nombrada por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) junto con César Tolosa, conservador, el pasado 27 de diciembre podría decantarse por cualquiera de los dos. Al no renunciar ninguno de los magistrados al cargo, los progresistas han llegado divididos a la votación; sin embargo, al final acabaron apostando todos, salvo Balaguer, por Cándido Conde-Pumpido, alcanzando los seis votos a cinco compuestos por su voto, el de magistrados cercanos a los socialistas Ramón Sáez e Inmaculada Montalbán, candidata a la vicepresidencia, los magistrados Juan Carlos Campo y Laura Díez, propuestos por Moncloa, y Segoviano, que tampoco se tenía claro que votara a Pumpido, pues, al margen de las opiniones personales de los aspirantes a presidente, ciertas voces sospechaban que acabaría dando su respaldo a la otra candidata a presidir el órgano, Balaguer, por algunas afirmaciones suyas expuestas últimamente, así como por secundar el feminismo, como ella.
De esta manera: la catedrática de Derecho Constitucional, María Luisa Balaguer, no ha conseguido concentrar los seis votos necesarios para ocupar la presidencia del tribunal, dado que solo ha aglutinado los de la minoría conservadora, formada por cuatro magistrados, obteniendo, junto con su voto, los cinco apoyos restantes.
Centrándonos en el actual líder del Tribunal Constitucional (TC): Cándido Conde-Pumpido es un juez, magistrado del TS desde 1995 hasta 2017, exfiscal general del Estado durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero de abril de 2004 a diciembre de 2011, miembro del TC desde 2017 y cercano al PSOE era la propuesta del Gobierno para estar al frente de la corte de garantías, hasta el punto de que el propio Pedro Sánchez le llegó a prometer que sería el próximo presidente del TC el 25 de octubre del año pasado.
Aparte de la cuestión de la presidencia, el pleno de este miércoles también se ha centrado en la elección de la vicepresidencia. Esta estaba disputada entre Inmaculada Montalbán, propuesta por el bloque progresista, y Ricardo Enríquez, por el bloque conservador, que es el magistrado de mayor antigüedad y edad; no obstante, no se ha aplicado que el vicepresidente sea el miembro del tribunal más antiguo, ni la norma no escrita que exige que este sea del sector minoritario, por lo que el puesto será ostentado por Montalbán por seis votos a cinco, mismo resultado que en la anterior votación, aunque en este caso implica que uno de los magistrados progresistas ha apostado por Ricardo Enríquez, el conservador.
Con el puesto del presidente del Alto Tribunal elegido, al igual que el de la vicepresidencia y, en consecuencia, el Tribunal Constitucional (TC) renovado, el órgano tiene presente más de 100 recursos sin resolver, como el presentado por el Partido Popular (PP) el 1 de junio de 2010 contra la ley del aborto aprobada por Zapatero el 4 de marzo de 2010, pues, según fuentes del órgano, se va celebrar un Pleno gubernativo el martes de la semana que viene con el objetivo de distribuir las secciones y salas del tribunal y se va a comenzar por dar respuesta a procesos tan antiguos como este. Además, quedan pendientes otros más recientes como el de Vox del 16 de junio de 2021 y el del PP del 24 de junio de 2021 por la ley orgánica de regulación de la eutanasia sacada adelante por Sánchez el 25 de marzo de 2021, el de la ley Celaá por Vox del 25 de marzo de 2021 y por el PP del 29 de marzo de 2021 publicada en el BOE el 30 de diciembre de 2020, así como el recurso conjunto del PP y Ciudadanos a la normativa de la Generalitat que pretende incumplir la sentencia que obliga a impartir el 25% de las clases en Cataluña en castellano, el escaño del exdiputado de Unidas Podemos, Alberto Rodríguez, o la aprobación de la reforma laboral gracias al voto a favor del diputado ‘popular’, Alberto Casero, por error.
Después del desbloqueo de la corte de garantías el 27 de diciembre del pasado año, cuyo mandato estaba caducado desde junio, este miércoles el tribunal ha constatado, más si cabe, la mayoría progresista del órgano al haberse elegido como presidente del TC al magistrado progresista, Cándido Conde-Pumpido, por seis votos a cinco e Inmaculada Montalbán, de la misma ideología, ha sido nombrada vicepresidente del órgano, también por seis a cinco. Tras esto, el renovado Constitucional tiene por delante un gran número de recursos que analizar, entre ellos, el presentado por el PP en 2010 contra la ley del aborto de Zapatero del mismo año, del cual no se sabe nada desde hace ya 12 años.
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