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Un fiscal especial investigará los documentos clasificados hallados en un despacho y residencia privada de Biden

El secretario de Justicia de Estados Unidos, Merrick Garland, ha elegido este jueves como fiscal especial a Robert Hurt para que analice los dos hallazgos de grupos de papeles secretos de la Casa Blanca que encontró el equipo legal de Joe Biden en diferentes propiedades del actual presidente de EE.UU.

Después de que ayer el abogado especial de la Casa Blanca, Richard Sauber, notificara que los letrados del presidente Biden descubrieron otra tanda de documentos policiales, mayormente secretos, en el garaje y una habitación adyacente de una de sus mansiones de Wilmington (Delaware) de cuando era vicepresidente con Obama entre 2009 y 2017, el fiscal general, Garland, informó del nombramiento de Robert Hurt, como fiscal especial para crear una causa independiente y donde realice un análisis pericial sobre el primer material clasificado encontrado en noviembre y este nuevo, pudiendo, incluso, solicitar interrogar al presidente.

Hurt no será supervisado día tras día por parte de ningún funcionario del Departamento de Justicia; no obstante, tendrá que cumplir con sus «reglamentos, procedimientos y políticas», según aseguró Garland en una rueda de prensa.

El nuevo fiscal especial aseguró en un comunicado que su objetivo es dirigir la investigación «con un juicio justo, imparcial y desapasionado». «Tengo la intención de seguir los hechos de manera rápida y exhaustiva, sin temor ni favoritismo, y honraré la confianza depositada en mí para realizar este servicio», añadió. 

Además, el abogado de la Casa Blanca indicó este jueves que tiene confianza en que la investigación del recién fiscal especial «demuestre» que los documentos clasificados «se extraviaron sin querer».

No es la única vez en la que los abogados del actual presidente de Estados Unidos hallan papeles confidenciales de la Casa Blanca en sus propiedades, ya que este lunes, 9 de enero, Garland, el procurador general de EE.UU., confirmó que la oficina del inspector general de Archivos Nacionales transmitió al Departamento de Justicia que el pasado 4 de noviembre, antes de las elecciones de mitad de mandato del 8 de noviembre y ocultado hasta ahora, la Casa Blanca encontró dos días antes —concretamente, el 2 de noviembre— entre 10 y 12 documentos clasificados que incluyen memorandos de inteligencia de EE.UU. y materiales informativos sobre Irán, Ucrania o Reino Unido, de acuerdo con fuentes contactadas por el canal de televisión, CNN, según informa The Objective, en un armario cerrado de la oficina privada en el laboratorio de ideas del Centro Penn Biden para la Diplomacia y el Compromiso Global, ente privado del presidente en Washington adscrito a la Universidad de Pensilvania, cuando estaban vaciando el despacho, pese a que fuera un espacio «no […] autorizado para el almacenamiento de documentos clasificados» —usaba el despacho cuando era profesor honorario en la Universidad de Pensilvania en el periodo en el que estuvo fuera de la política (2017-2021)—.

Los documentos estuvieron lejos del control de las autoridades durante cinco años, ya que son del periodo de 2013 a 2016, siendo Joe Biden vicepresidente con Barack Obama (2009-2017) y cuando potencias dirigidas por EE.UU., consensuaron con Irán que abandonara su programa nuclear militar por décadas, momento en el que también Rusia realizó la primera invasión de Ucrania y su anexión de Crimea y Reino Unido decidió irse de la UE. Los materiales los usó de manera regular desde que dejó la vicepresidencia en 2017 hasta que se presentó a las presidenciales de 2020, según The Washington Post.

Al encontrarlos, ser entregados de inmediato a los Archivos Nacionales, y alertar al Departamento de Justicia, este se hizo con el control de los documentos y el 9 de noviembre el FBI, la policía judicial, analizó de forma «coherente con los protocolos estándar» si el material se empleó de manera indebida, ya que si hubiera ocurrido esto, se violaría la ley federal.

El 14 de noviembre, Garland nombró a John R. Lausch Jr., de Illinois, fiscal de oficio, para realizar una investigación preliminal sobre los hechos —seis días después, se celebraron las midterm elections, en las que el Partido Republicano se hizo con con la Cámara de Representantes y el Partido Demócrata, con el Senado—.

Ahora que ha sido elegido fiscal especial, Hurt, lo más probable es que existan indicios de delitos de comportamiento penal por Biden, por el hecho de que, conforme a una ley de 1978, los documentos a los que tiene acceso el presidente o vicepresidente, tienen que protegerse en los Archivos Nacionales —hasta el momento, el fiscal general, Merrick Garland, en la conferencia de prensa donde anunció la apertura de una causa apartada, hizo saber que estos hallazgos no salieron a la luz hasta que se filtró la información en la cadena CNN—.

Este lunes, la Casa Blanca reconoció que está colaborando en la investigación, concretamente el equipo legal del presidente, el cual defiende que los documentos salieron, posiblemente, del Observatorio Naval, residencia oficial del presidente de Estados Unidos, cuando Obama dejó el cargo, el 20 de enero de 2017, y que se traspapelaron junto con documentos personales del funeral de su hijo Beau, fallecido en 2015, a los 46 años de edad. Este es un argumento también utilizado por el equipo de Donald Trump hacia Maggie Haberman, periodista de The New York Times, como estrategia para restarle importancia a que el expresidente se llevara más de 160 informes, 100 de ellos considerados alto secreto de la Casa Blanca. La periodista fue ridiculizada por todo el mundo al dar credibilidad a la teoría del caos en la mudanza; sin embargo, ahora muchos medios estadounidenses están aceptando la versión del equipo de Biden.

A pesar de esto, la Casa Blanca presenta una actitud hermética, pues este miércoles, Karine Jean-Pierre, secretaria de prensa de la Casa Blanca, no quiso responder a la pregunta de los periodistas acerca de por qué el Gobierno no informó antes sobre el hallazgo de los documentos, ocurrido días antes de las midterm elections, y alegó que esta investigación compete al Departamento de Justicia y ayer, en rueda de prensa, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, aseguró que Biden no sabía que los documentos estaban situados en ese lugar y que desconocía su contenido. Además, él mismo comentó el martes a la prensa en la Cumbre de América del Norte celebrada en Ciudad de México (México) que le «sorprendió saber que había registros del Gobierno que fueron llevados allí a esa oficina», aunque ha querido dejar claro que, en declaraciones recabadas por la agencia Bloomberg, está «colaborando plenamente» y que «La gente sabe que me tomo en serio los documentos clasificados, la información clasificada».

Pues bien: el hallazgo de material confidencial en propiedades del presidente de Estados Unidos no llegó a su fin, pues después de que el equipo legal de la Presidencia realizara una búsqueda con la colaboración del Departamento de Justicia en las residencias de Wilmington y de la playa de Rehoboth (Delaware), pues según el abogado especial de la Casa Blanca, Richard Sauber: «Esas son las otras localizaciones donde documentos de su oficina durante la Vicepresidencia podría haber sido enviados en el curso de la transición en 2017. Los abogados completaron la revisión anoche», este jueves, 12 de enero, Sauber ha asegurado en un comunicado que el equipo legal de la Presidencia ha encontrado otro lote de documentos clasificados y confidenciales junto con papeles políticos y personales del presidente de Estados Unidos, Joe Biden.

Todos los materiales, salvo uno, según confirmaron los abogados, estaban localizados en una zona de almacenaje del garaje de una de sus mansiones en Delaware, específicamente en Wilmington, pertenecientes a la época donde ocupó el cargo de vicepresidente durante 2009 hasta 2017. El único documento que no estaba situado en este lugar, de una página, en una habitación subyacente, aunque no se encontró nada en su casa de la playa.

El abogado especial de la Casa Blanca, Sauber, quiso recalcar que están trabajando «totalmente» en el proceso con los Archivos Nacionales y el Departamento de Justicia con la finalidad de que los documentos de la Administración de Obama y Biden sean llevados al lugar donde deben estar; el Departamento de Justicia.

Pese a todas estas informaciones, no se tienen datos acerca del contenido de los documentos, así como quién fue el que decidió mandarlos a esos lugares, aunque lo que está seguro es que, como ha reconocido en un comunicado, Sauber, van a continuar colaborando con el fiscal especial, Robert Hurt.

El hallazgo del equipo legal de Presidencia de nuevos documentos clasificados en una de las mansión de Joe Biden en Wilmington (Delaware) que, por tanto, estaban fuera del Departamento de Justicia, ha obligado al fiscal general de los Estados Unidos, Merrick Garland, a nombrar a un fiscal especial, exactamente a Robert Hurt, para que lleve a cabo un análisis pericial acerca de los dos lotes de documentos que estuvieron en su poder: el primero, en Washington y este último, en Delaware.

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